Ronda Rousey recibe el final de su suspensión en WWE SmackDown


Ronda Rousey recibió la autorización para poder competir nuevamente en WWE durante las transmisiones de Friday Night SmackDown, decretando así el fin de su suspensión y atacó a Adam Pearce en el final del segmento.

Tras su ataque a Liv Morgan y al árbitro en el final de su combate en WWE SummerSlam, Ronda fue suspendida indefinidamente, sin poder competir de ninguna manera en la empresa, pero Rousey siguió apareciendo en la programación, exigiendo su  reincorporación. Hasta pagó la multa con un gran cantidad de dinero.

Ronda llamó a Adam Pearce para que leyera una carta que tenía en su mano. Pearce hizo su entrada al cuadrilátero y tomó el papel. La junta directiva de WWE terminó la suspensión que le habían impuesto, por lo que volvería a luchar. Pearce leyó todo, a su pesar, ante la cara de felicidad de Rousey.

Ronda le preguntó, irónicamente, si en realidad creía si la directiva le iba a hacer caso a él y no a la "Luchadora más Mala del Planeta", algo que la hizo reír, no sin antes decirle que le besase el trasero antes de retirarse. Pearce se enfureció y le gritó que era la perra más grande del planeta.

Rousey se quedó viéndolo, soltó el micrófono, y se acercó hacia Adam, quien pidió perdón de todas las formas que pudo pero no evitó que la excampeona de SmackDown lo derribase y le aplicase un Armbreaker brutal, para dejarlo tendido sobre la lona y contra un esquinero.