Mandy Rose explica la razón detrás de su cambio de look


Mandy Rose cambió su aspecto cuando NXT 2.0 dio comienzo y ahora revela la razón detrás de esta decisión. Y si fue su decisión.

Mandy Rose nunca pudo brillar como se esperaba de ella por ser el prototipo de luchadora que adora Vince McMahon en las marcas principales de la WWE pero desde que fue cambiada a NXT se ha convertido en una de las caras principales de la marca. 

Ha dado inicio a una facción que ella misma lidera, Toxic Attraction, con Gigi Dolin y Jacy Jayne, y está en camino del Campeonato Femenil después de atacar anoche a la dueña del mismo, Raquel González. Además sus dos nuevas mejores amigas tuvieron una oportunidad por el Campeonato de Parejas.

Esta nueva aventura ha llegado acompañada de un cambio de aspecto para la luchadora, que ha modificado el color de su cabello a castaño. 

Nos centramos ahora en este detalle de su nuevo personaje porque mientras hablaba recientemente con DAZN dio a conocer que fue decisión suya porque pensó que tenía mucho sentido dada esta nueva oportunidad.

“Me encanta el cambio. Me río porque en los últimos años pasé de rubia a morena, de cabello largo a cabello corto. Mi exmejor amiga y excompañera de equipo (Sonya Deville) me cortó el pelo en la televisión nacional. 

Luego volví y lo mantuve rubio y luego moreno, así que siento que he tenido muchos cambios con el cabello. Voy a mantenerlo así por un tiempo. Definitivamente fue mi decisión. Fue idea mía. Quería cambiarlo de acuerdo a mi personaje. Quería estar un poco más prendida.

Pensé que tenía mucho sentido con mi grupo, Toxic Attraction, como para que los fans pensaran primero que probablemente iba a tratar de hacer que las chicas fueran más como yo y luego me acabé contagiando de ellas. 

Siempre digo que las personas más exitosas en la vida siempre están escuchando, siempre aprendiendo, siempre están tratando de cambiar, así que no importa quién eres. Pensé por qué no mostrar un lado más agresivo para mí y dejar atrás a Mandy Rose y ‘The Golden Goddess’. Y todavía estoy prendida.