Mick Foley menciona ciertos detalles de su carrera de los que se arrepiente


Sin duda, Mick Foley sometió a su cuerpo a mucho más castigo que otros luchadores a escala mundial para el disfrute de los aficionados. 

Hoy en día, Mick Foley habla abiertamente del dolor físico con el que vive a diario después de haber tenido una carrera tan salvaje con personajes como Mankind, Dude Love y Cactus Jack.

En la clausura del especial de A&E sobre su biografía, Mick Foley reflexiona sobre la respuesta sincera que puede dar a los fanáticos cuando le preguntan si su carrera como luchador ha merecido la pena. 

Para Mick, aunque sabe que el impacto que ha tenido en la vida de los demás, también sabe que habrá días en los que tendrá que hacerse estas serias preguntas.

"Sé lo inusual que es para alguien como yo sentir optimismo sobre el mañana después de lo que he hecho pasar a mi cuerpo en innumerables ocasiones, pero cuando me preguntan sobre mi vida, puedo mirar a la gente a los ojos y responderlas con sinceridad. 

Sí, me dolió. No, no soy un psicópata, no creo

Y sí, me arrepiento de algunas cosas. Hubo momentos en los que hice sufrir a mi familia, y ellos respondieron con el regalo de la aceptación. 

Es un regalo que pasaré el resto de mi vida apreciando. 

Sé que la gente siempre se va a hacer esas preguntas y sé que habrá días en los que me seguiré preguntando si mereció la pena o no".

Al principio del documental, Dewey Foley, el primogénito de Mick, dijo que sus recuerdos favoritos de su padre en la lucha libre eran aquellos en los que no estaba lesionado. 

Noelle Foley, su hija, declaró en el documental que se siente como si hubiera bloqueado algunos de los recuerdos de su padre luchando.

"Es realmente extraño porque no recuerdo mi infancia en absoluto. 

Recuerdo pequeñas partes aquí y allá, como salir con mi padre. 

Pero no recuerdo nada de la lucha libre. 

Una parte de mí piensa que he bloqueado eso de mi vida", dijo Noelle Foley cuando se le preguntó por sus recuerdos del evento King of the Ring de 1998.

En otra parte del documental, el mismísimo Vince McMahon comentó ese fatídico día de junio de 1998, diciendo que fue muy desagradable presenciar la locura que Mick Foley llevó a cabo.