La división femenina de AEW: ¿por qué no es #AllElite?
Las lesiones, la falta de público, la baja experiencia en el ring o en televisión, las fronteras cerradas… un cúmulo de situaciones que ha propiciado que las mujeres de AEW sean actrices secundarias.
¿Qué es lo que les impide adecuarse a la corriente actual?
La razón de no darles tanto tiempo en pantalla puede deberse a la poca experiencia de muchas de las competidoras sobre el ring y de otras cuantas a que se estrenen ante una arena llena de cámaras.
A pesar de no ser un gran reflejo de la confianza o las oportunidades de la división, a su favor hay que señalar que gran parte de los luchadores tampoco han tenido ocasión de probarse frente a una emisión en directo y tal vez hayan optado por entrenar a los hombres primero y después a las mujeres.
El grueso de la plantilla sigue siendo masculina y la norma en el wrestling se mantiene en dar un amplio espacio a ellos, supuestos artífices de las ventas de boletos.
El día que el wrestling femenino ocupe la mitad o sea mayor en número en la cartelera (que no una completa) otro gallo cantará.
Posiblemente a partir de este año empecemos a encontrar en un espacio digno más pugnas entre mujeres en AEW Dynamite dado que los Jungle Boy, Private Party o Darby Allin de turno han tenido tiempo para adaptarse a las exigencias que implica luchar para el público del sofá y no el del estadio.
El hecho de no tener historias interesantes tampoco ha sido de ayuda.
Hikaru Shida pacta los retos por su campeonato casi por decisiones arbitrarias cuando existe un sistema que te obsequia con una oportunidad titular a medida que escalas puestos.
Hacerlo a través de una entrevista en backstage tampoco lo es.
Llegaremos a AEW Revolution con total seguridad con un solo careo entre la ganadora del torneo y la poseedora del oro en el miércoles de la misma semana del evento especial, y así ha sido a lo largo de gran parte de las rivalidades.
La excepción, como era de esperar, es Britt Baker, que surgió cual oasis del desierto para convertirse en el comodín de Tony Khan tras la avalancha de lesiones.
Sin lugar a duda el mejor personaje y quien sí configura una storyline más elaborada con sus adversarias.
¿Fuera de ahí? Poco o nada.
Y hablando de lesiones, el desgarro del ligamento cruzado anterior de Kris Statlander el verano pasado volvió a trastocar los planes que tenían con la marca.
Si ya era suficiente con los vuelos de las joshis cancelados, tener que detener la gira y establecerse en el Daily’s Place, la falta de público y el coronavirus pululando de persona a persona, la baja a largo plazo de la cara y la principal apuesta de AEW para su división supuso una piedra más en el camino.
La solución pasó por el acuerdo con NWA actualmente en dique seco, la construcción de Anna Jay, el fichaje de Serena Deeb y la incorporación de la esperada debutante Jade Cargill.
La campeona de la histórica empresa de los Estados Unidos Thunder Rosa y la veterana luchadora ex WWE elevaron el nivel sobre el ring a la espera de que la situación sanitaria mejorase, tanto en lo que a wrestling se refiere como al extrarradio.
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