Edge salvó la carrera de Ember Moon
Pero finalmente, en una resolución inesperada e igualmente positiva, Ember Moon fue quien se reveló como ese talento "retornado" durante NXT TakeOver: 31, después de que se dudara de la continuidad de su carrera, tras una grave lesión en septiembre del pasado año.
Y es que las roturas del Tendón de Aquiles resultan muy complicadas, si recordamos por la que pasó Edge en 2009, cuando entonces también se reportó la posibilidad de que el canadiense tuviera que colgar las botas.
La bendición de "The Rated-R Superstar"
Una conexión que la propia Moon trazó bajo su última entrevista concedida a Daily DDT, pues esta reveló que un crucial consejo del veterano campeón mundial le permitió estar hoy de nuevo compitiendo.
«En mayo o junio, supe que tendría que pasar por una segunda operación, porque el tejido de la cicatriz se había hinchado tanto dentro de las articulaciones que impedía movimiento.
Soy una persona introvertida y odio mostrarle a la gente mis emociones, porque soy una mujer loba muy loca, como un vampiro.
«En WWE Backstage, me preguntaron, "¿Qué cambiarías de tu carrera?" Y dije, "Mi pie".
Me puse a llorar y creo que fue la vez que más auténtica me mostré en televisión.
No digo que antes no fuese real, pero sí que fue la primera vez que me permití ser vulnerable como yo misma.
«Estaba muy abstraída en mis pensamientos y Edge se puso en contacto conmigo. Yo no me creía que fuese Edge, creía que era Braun Strowman intentando gastarme una broma.
Y dije, "¿Qué? ¿Cómo tienes mi número?" Y él respondió, "No, soy Edge".
Y dije, "¡Oh! Hola, señor.
¿Cómo le va?" Sinceramente, él y Triple H son la razón por la que me metí en esto.
«Básicamente, Edge me dijo, "Haz esto: consíguete una sauna, una bicicleta, tienes que hacer esto".
Básicamente, me hizo un manual resumido de lo mismo que hizo él cuando tuvo aquella ruptura del Tendón de Aquiles, de la que dijeron que nunca se recuperaría.
«Edge me ayudó muchísimo, diciéndome qué tipo de terapia debía seguir y las rutinas que me ayudarían.
Se las envié a mi terapeuta y todo empezó a marchar.
Fue lento, pero empezó a marchar.
Recuerdo que el cirujano me dijo en julio, "Tu pie está mejor ahora.
Esto es lo que vamos a hacer.
Vamos a darte el alta en seis semanas para que empieces a entrar en el ring, o vas a someterte a una segunda operación".
Si me hubiese hecho una segunda operación, probablemente nunca habría regresado».
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