Mientras el reloj de la campal avanzaba por mi mente pasaban varios nombres para el número 30: Tommy End, Finn Bálor, Samoa Joe, Pete Dunne, Trent Seven, Gran Metalik o incluso Nia Jax.

Entonces mi señal se cayó y le di al F5, cuando apareció Roman Reigns en la pantalla de mi ordenador mi primer pensamiento fue que se había atrasado la transmisión, pero, cuando él vio a The Undertaker, quiere retirarse en WrestleMania 33 — Roman Reigns será su oponente.

En las redes sociales ha habido un torbellino de odio por este momento en particular que nos permitimos, en primera instancia, mostrarles los vídeos en YouTube

En cuanto a las redes sociales hubo un mar de memes pero tomemos algunos para la ocasión

Antes de irnos vale la pena hacer algunas aclaraciones, con el ánimo de dejar una reflexión final:

Lo de criticar a un luchador protagonista impulsado por la empresa no es nada nuevo; en los años 80′ fue Hulk Hogan, en los 90′ fueron Lex Luger, Kevin Nash y The Rock, desde el 2006 empezó el calvario para John Cena—ocasionalmente le hicieron compañía The Great Khali, Batista y Vladimir Kozlov—. 

Como se dijo en Cinco apuntes que nos dejó Royal Rumble (2017) — Romanicidio incluido:

“Que se hable mucho de un luchador no es sinónimo de que sea relevante; sería como decir que el Reggaetón es el género musical más importante de todos, porque es del que más se habla, es muy criticado, pero aún así tiene millones de seguidores”.
Lo que pasa acá es que nosotros como consumidores opinamos de lo que nos dan; sólo es voltear a ver en cualquier deporte y hubo, hay y habrán personas que siempre opinarán, porque les importa, porque quieren ser escuchados, ese argumento de que si no les gusta se callen no es más que una bravuconada.

Decir que lo que quería Vince McMahon era que la gente hablara y por eso funcionó su troleo, es equivalente a decir que en un concierto de Metal, al cierre, se presentó un Reggaetonero y por ende la gente se fue enojada y habla de eso en las redes sociales ¿Ese concierto sería un éxito? El objetivo es darle al fanático lo que quiere, no fastidiarlo; basta con escuchar las reacciones de los entusiastas de los vídeos de arriba para entender eso.

Lo último se siente como una justificación de la pereza creativa que tuvieron esa noche ¿Hubiéramos sido lo mismo AJ Styles vs. John Cena si al final hubiera salido algún famoso y hubiera distraído a Cena para que ganara Styles? Esos finales abiertos están bien para RAW o SmackDown, pero en uno de los cuatro grandes eventos especiales ¿No es como un pobre intento de llamar la atención?

A la larga lo anterior sólo daña más la imagen de Reigns; habían mejores maneras de empezar su rivalidad a futuro, no era necesario darle tan excesivo protagonismo ¿Ese tipo de decisiones no demuestran que él es elegido a dedo por la cúpula directiva? Justo cuando poco a poco Reigns estaba saliendo de la imagen de niño mimado, vuelve a entrar. 

Finalmente, decir que él sólo recibe órdenes es válido, pero, ¿Qué acaso él no puede hablar para hacer entrar en razón a los bookers? No es un secreto que su éxito en WWE mora en el apellido de su familia: Anoa’i ¿The Rock no puede interceder por él? ¿Rikishi? ¿Su padre Sika? Años atrás, a Mr. McMahon sus propios empleados le han señalado errores en su bookeo y nos han librado de infames ángulos: como uno de incesto con su hija Stephanie McMahon.