El tweet de Bronson Matthews, el ganador de Tough Enough Josh Bredl, en el que llamaba jobbers a los Social Outcasts fue tema de conversación en los vestuarios de la WWE en estos días.
La falta de respeto no fue sólo llamarles jobbers, lo que tanto hizo enfadar a gente como Kevin Owens, Stardust, Heath Slater, Adam Rose, Curtis Axel o Bull Dempsey, sino que también pesó el hecho de que Bredl haya recibido un contrato por 250 mil dólares -lo que es muy superior al promedio y comparable al de las estrellas top de NXT- aún sin tener experiencia alguna, trabajo que cada uno de los anteriores tuvo que ganarse mediante años en la escena independiente y mucho sacrificio.
No es la primera vez que una estrella de reality show produce odio en backstage. Pese a ser dos situaciones totalmente diferentes, The Miz es un ejemplo. Poco después de llegar, y habiendo estado en el reality de MTV The Real World, Miz fue expulsado de los vestuarios por JBL por todo un año, viéndose obligado a cambiarse en los pasillos.
Volviendo al caso de Bredl, se dice que el tema fue tan hablado que hasta un alto directivo terminó "interviniendo". No se sabe exactamente a qué podría referirse esa expresión concretamente, pero lo más probable es que se trate de una simple charla con el luchador o un pequeño castigo, pero no mucho más. Royal Rumble será este domingo y se espera que casi todo el roster de WWE y de NXT (al ser en Orlando) estén en bastidores. Es muy posible que, estando todos los involucrados presentes, Bredl se vea obligado a pedir disculpas.
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